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Solo para leer -Artículo de El Tiempo-

El personaje del año 

 Por: Eduardo Escobar, 2010

No sé por qué los aficionados a establecer las jerarquías de cada ciclo, lo que algunos llaman el ranking, olvidaron incluir en las listas de los personajes del año, en Colombia y en todas partes, al Avivato. O mejor dicho, a ese gran organismo pluricelular de los vivos que forman una hidra de mil cabezas, abiertas en una flor de bocas hambrientas completadas por un laberinto de estómagos insondables, abisales, lleno de ojos y de uñas y que cambia de nombre de mes en mes y muda de estirpe, siempre a la caza de los presupuestos y los contratos, experto en papeles torcidos y en rondar las arcas como los gorgojos. No logro acordarme en todos los años vividos de otro igual al que pasó donde los señores del trampantojo hayan sido más abundantes y escandalosos, en sórdidos enjambres por los restaurantes bogotanos de cinco tenedores y en los clubes próximos a Wall Street haciendo componendas entre aperitivos de Escocia y brindis con brandis de Francia.

    Los avivatos, los caballeros de industria, los señoritos sin hígados parecen haber atrapado el mundo entero en sus redes de triquiñuelas, entre Roma y Rusia y el Palacio Liévano. Los hombres siempre fueron viles desde que los inventaron en un Paraíso a partir de una escupa divina y un poco de barro, desde el ladino Jacob hasta los amigos de Petronio, pero después de la muerte de Dios, en este tránsito confuso entre la modernidad y la posmodernidad el engañador se ha multiplicado avergonzándonos a todos. Tanto que a veces los tramposos hasta se lucen en las fiestas de gran boato.

    Entre las nulidades casi perfectas de los Nule y los enredos enmascarados de candidez del ex ministro Arias y los beneficiarios de sus subsidios agrícolas y Bernard Madoff y David Murcia y los inventores de pirámides de Mocoa, tan solo corren los matices de la clase, el color, el monto de la jugada, el detalle del clima y la calidad de la corbata. El animal es el mismo. El famélico incurable de falsos honores.

    Toda la vida hubo corruptos desde los años de Nerón y Calígula. Pero los de los tiempos clásicos parecen más simpáticos por la magia de la prosa de sus historiadores y por las distorsiones del tiempo y la distancia. Uno piensa que antes eran en cierto modo más inocentes en cuanto, con respecto a nosotros, podemos considerarlos unos bárbaros que comían con la mano, adoraban dioses falsos que copulaban con cisnes, usaban vomitorios, y no fueron a la universidad como nuestros profesionales del descaro ni gozaron del lujo de los aviones privados con muchachas de silicona, y burbujas de champaña. Las universidades fracasaron si producen esta clase de donjuanes siempre coqueteando con el oro, que solo viven para el éxito, para inflar la vanidad y agrandar la panza.

    Las gradaciones del avivato son infinitas como las combinaciones genéticas de la espiral básica. Junto a los que se apropian de una butaca en un palco cambiando una tarjeta, y los que falsifican el boleto de una milonga, una tesis de grado o un diploma para entrar en la burocracia por la puerta del inventado pergamino, existen las águilas de la mala costumbre, los arteros reptiles parásitos que se adaptan a los abrevaderos del poder poniendo cara de Yonofuí.

    Mientras asciende por las jerarquías haciendo venias el avivato va dejando pedazos de sí mismo. En el fondo sabe que hace de la cortesía un arma y de la autohumillación un sistema, y que prepara su calvario con paciencia, aparentando muchas veces el desprendimiento de los santos. Hasta el día gris, que casi siempre llega, de atender la cita en el juzgado para protestar por su buena fama mancillada, proclamar su pureza y traicionar a sus compinches en los tratos, en el último acto de su drama. Si no fuera tan odioso el avivato, merecería mejor lástima que asco.

 

Publicado por Verónica

1 comentario

Álvaro -

El nadaismo según Wikipedia:
El nadaísmo es un movimiento literario colombiano que se desarrolló durante el período 1958-1964 en las ciudades de Medellín y Cali. Tiene sus antecedentes en el dadaísmo y el surrealismo y estableció contactos culturales con la Generación beat, expresó una protesta contra las instituciones tradicionales de la sociedad y la cultura, protesta que filosóficamente se enmarca en lo nihilista.
Formaron parte del nadaísmo principalmente jóvenes colombianos contestatarios e irreverentes que bajo el lema "No dejar una fe intacta ni un ídolo en su sitio" incursionaron en la práctica poética dotándola de un alto contenido de protesta social. Si bien estaba a la par de otras manifestaciones del vanguardismo literario latinoamericano, curiosamente es una de las pocas manifestaciones de corte genuinamente contracultural con origen en sudamérica.
Las figuras más destacadas y representativas del movimiento fueron Gonzalo Arango, autor de De la Nada al Nadaísmo , fundador del movimiento junto a Amilkar U, autor de los escritos "Vana Stanza", Eduardo Escobar, Jaime Jaramillo Escobar y Fanny Buitrago entre otros.

Hay que advertir que aparece luego de terminada la dictadura. La Visita de la Vieja Dama fue estrenada en 1956 en Zurich.

Dürrenmat dice, "esta historia ha sido escrita por alguien que en modo alguno se distancia de esos personajes y no está muy seguro de que no acabaría actuando como ellos"; y "La visita de la vieja dama es una obra perversa que por tanto no debe de ser interpretada con perversidad".